CRÓNICA DE UN FINDE DE CÓMIC

Bueno, el Salón comiquero de Barcelona ya queda atrás.
Fue un fin de semana lleno de momentos memorables, devertidos y singulares...y otros no tan dulces. Pero haciendo un balance medio, este Salón 2008 ha valido la pena.
Y todo ello, en gran parte, se lo debo a quienes me acompañaron en esta ocasión. Sin los cuales no hubiese sido lo mismo. Gracias a MAXIT, esa extraña criatura que habita en Barcelona y que nos hizo de guia por la ciudad (aunque nunca le perdonaré las caminatas a las que nos sometió durante nuestra visita) y, por supuesto, a Isabel, mi confidente, amiga, compañera y novia, a la que Dios otorgó Santa Paciencia para soportar las locuras de este "artista".



Una vez ya se descartó la posibilidad de acceder a entrevista alguna con editores extranjeros, mi intención para con este Salón era disfrutarlo como un aficionado más. Un aficionado sin pretensiones "artísticas" ni nada parecido. Simplemente, un fan de los cómics.
y vaya si lo disfruté........

















Me hubiese gustado haber formado parte de aquella quedada bloguera que se realizó cerca del recinto ferial, pero llegué como dos horas tarde a la cita. Una pena.

Pese a todo, no podía dejar de pasarme por la Zona Profesional, por curiosidad, más que por otra cosa. Como era de esperar, había mucha gente. Un buen montón de futuros autores con sus carpetillas y sus ilusiones, esperando dar el gran salto a la profesionalidad. Había de todo, gente risueña, nerviosa.....pero entre toda aquél maremagnum de autores noveles (y no tan noveles) me quedé petrificado ante el rostro unicamente de uno de ellos, que realmente no me dejó indiferente. Era un chaval jovencillo, y estaba muy serio, apartado de todos aquellos que se reconocían y hablaban. Silencioso. Aplastado por la presión. Como una pieza de ganado que espera su turno en el matadero. No sé si llegaría a pasar la criba de los editores o no. Si iba a presentar algún proyecto o no. Pero viéndole uno no podía dejar de pensar lo mucho que ponemos en el asador los que queremos dedicarnos a esto. Más de lo que simplemente aparentan unos folios garabateados. MUCHO MÁS. Esto no es un sueño. Es un modo de vida...y los que no hemos nacido con estrella, sino más bien estrellados, tenemos mucho camino que recorrer si queremos llegar lejos.

En pocas palabras....HAY QUE PONERSE LAS PILAS.
Comienza la cuenta atrás para el Salón del año que viene.
SUERTE A TODOS EN LA CARRERA.