LA ESPADA DE FUEGO

Cierto día, un buen amigo aficionado a la lectura me dijo, que debía leer una obra de fantasía que le había gustado sobremanera. Escrita por la pluma de un profesor de griego de Madrid, me confirmó que le había encantado enormemente, y que tan vívida había sido su lectura, que en cierto momento se había visto a sí mismo como el protagonista de la obra, zarandeando entre sus manos la fría superficie de una espada bajo las tres lunas de Tramórea.
En principio, no le dí demasiada importancia. Creía haber leído suficiente literatura fantástica como para sentirme hastiado de este género tan carente de evolución, encerrado en los eternos clichés de los viejos maestros, condenado a repetir las mismas historias una y otra vez, tan cerca del tímido "homenaje" como del plagio más absoluto. Sin embargo, este confidente de novelas, me prestó el susodicho escrito y me exortó a que le diera un repaso, asegurándome que no me defraudaría...
Cogí el libro con cierto desánimo pues no esperaba nada original. Su sinopsis era más bien algo simple y olía a refrito barato...Zemal, una espada mágica, había perdido a su antiguo poseedor, y varios héroes de diferentes lugares de aquél mundo, debían encontrarla en una competición sin tregua. Objeto mágico, guerreros, y un torneo por el trofeo fantástico que convertiría a su dueño en un héroe sin parangón . Sinceramente no era nada del otro mundo. Pero como ya he dicho, mi particular proveedor de historias lo había ensalzado de un modo muy particular, y mi amigo no es de los que quedan saciados facilmente, así y todo, le dí una oportunidad, y comencé a leer...
...Y me atrapó. Espadas inmortales; magos sobrehumanos; criaturas inimaginables; monstruos horribles; batallas de espadas como nunca antes habían sido descritas; mundos paradisíacos...un universo realmente único e inigualable, llevado por una pluma sabia que esconde más de lo que dice, pero que gusta de insinuar verdades a medio decir; sobre un mundo que no es lo que parece, y que quizás no sea tan desconocido...en pocas palabras, devoré esta obra como un colegial. Me encandiló, me entusiasmó, y me satisfizo a partes iguales. Algo que no me ocurría desde hacía tiempo con una novela de Fantasy.
Luego, llegó EL ESPÍRITU DEL MAGO, la segunda entrega de la saga. Y si la primera parte se la puede describir como imaginativa, novedosa, rompedora y diferente...esta nueva entrega se quedaría corta con cualquier vago adjetivo que pueda imaginar. Es realmente fantástica.
En pocas palabras, una saga épica necesariamente imprescindible.
Desde aquí, os la recomiendo fervorosamente. No quedaréis decepcionados...


Y ahora, el motivo inicial de esta entrada tan extensa.
Y es que siendo, o pretendiendo ser, ilustrador, no podía dejar pasar la oportunidad de plasmar los maravillosos personajes y monstruos de la obra de Negrete en papel. Y de un tiempo a esta parte, alguno de ellos se han colado entre mis láminas, buscando sus propio rostro y forma en lápiz y carbón, al punto de ya no poder imaginármelos de otro modo que no sea el que os presento y que, en lo sucesivo, poblarán las entradas de este pequeño escondrijo de mis obsesiones.
Os presento a un inolvidable personaje de la saga. Linar, el mago.
En principio idee al personaje barbado por una confusión sobre "ideas preconcebidas" en cuanto a magos y sabios. Sólo una segunda reelectura de la obra de Negrete me sacó de mi error, al tiempo que redescubría al personaje. Lugar para su parche, la forma de su caduceo...y otros detalles, pero aquél Linar barbado seguía pareciéndome lo suficientemente interesante. Al margen, he construido su entorno con pequeños detalles como el Cinturón de Zenort, las tres lunas de Tramórea o el Gran Viejo, el árbol triple más antiguo del bosque de Corocín, y hogar del mago...aunque el aspecto del bosque me ha dejado algo desencantado. Demasiado conífero para mi gusto.
Aquí las dejo para que escojáis cuál os parece más acertada...